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Historia sobre el Diferendo Territorial entre Guatemala y Belice, por el Dr. Adolfo Molina Orantes (1977)

Se presenta el audio de la conferencia respecto el diferendo territorial entre Guatemala y Belice, dada por el Dr. Adolfo Molina Orantes, llevada a cabo en el Club Rotario en el año 1977. En esta página también se encuentra una nueva trascripción del audio a texto de la conferencia.


Conferencia: Diferendo entre Guatemala y Belice por Dr. Adolfo Molina Orantes (1977)

Conferencia sobre el Diferendo Territorial entre Guatemala y Belice, dada por el Dr. Adolfo Molina Orantes (1977).

Trascripción: Diferendo entre Guatemala y Belice por Dr. Adolfo Molina Orantes (1977)

Trascripción: A.M.v.A. (Oct. 2022)

[Presentaremos el Diferendo entre Guatemala y Belice] … con su contexto histórico, aunque sea a grandes pinceladas.

Arrancaremos en esta escena histórica del momento de la independencia.

Aquí a mano izquierda hay un mapa lo que hoy es el territorio de Belice, y en la parte superior, marcada a colores, está lo que era el territorio de Belice en el momento de la independencia, menos de la cuarta parte de lo que es hoy.

En Belice lo que existía antes de la independencia eran concesiones que había otorgado la corona española, a súbditos británicos, para que pudieran explotar el corte de maderas de tinte, pero reservándose de manera expresa y reiterada, la plena soberanía sobre todo el territorio. Esta era la situación en el momento de la independencia, cuando lo que eran antes las provincias que componían la capitanía general de Guatemala, se transformaron en provincias unidas de Centro América, como estado independiente, que más tarde había en fraccionarse en cinco estados, y de acuerdo al derecho internacional de la época, los nuevos estados que se formaron heredaron el territorio que antes estaba bajo la soberanía española. Pero Guatemala la heredó, como alguien que hereda una casa con inquilinos que a veces es difícil que la desocupen. La heredamos con las ocupaciones británicas fundadas de las concesiones españolas, que eran simplemente para el corte de madera.

Pero la nueva república, Guatemala, con nueve estados _, ya que se convirtió en república hasta unos, más de 20 años después, el nuevo estado de Guatemala inmediatamente inició su reclamación con Gran Bretaña, fue muy difícil porque el gobierno inglés se negaba a recibir a nuestros representantes. Pero en todo caso, desde el primer momento de independencia inició su reclamación porque, además de que no se había cumplido con los términos de las concesiones españolas, las penetraciones británicas se habían venido extendiendo al sur, bien al sur de lo que aparece marcado ahí en colores, y habían penetrado hasta los departamentos de Izabal, Chiquimula, y por el occidente, hasta el Petén y la Verapaz.

En otras palabras, las reclamaciones del gobierno de Guatemala eran no solamente para que se nos sustituyera la soberanía de las antiguas concesiones, sino también, para que se salgan esas penetraciones británicas de la tierra de Guatemala.

No los voy a cansar a ustedes refiriéndoles toda la serie de gestiones que se hicieron a través de la primera mitad del siglo 19, pero sí debo señalar, que todas estas penetraciones británicas no eran debidas a simple casualidad, sino obedecían a consideraciones estratégicas de una potencia que ocupaba los puntos claves en el mundo, estaba adquiriendo dominios de los lugares más estratégicos del globo. Y precisamente Centroamérica era uno de aquellos lugares estratégicos porque ya se hablaba como una posibilidad fácil de realizar, la construcción de un canal interoceánico en un lugar de Centroamérica, que se suponía en aquel entonces sería Nicaragua.

No solamente Guatemala fue víctima de estas penetraciones, sino también Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Las penetraciones británicas ocupaban la mitad del territorio de la costa norte de Honduras, toda la costa atlántica de Nicaragua, y toda la costa atlántica de Costa Rica hasta llegar a Panamá. Era parte de esta ocupación estratégica, anticipándose a la apertura de un canal interoceánico.

Pero dentro de todo este juego geopolítico, que es lo que dirige los destinos históricos del mundo, a mediados del siglo pasado también aconteció, otro acontecimiento llamado i fruir, en todo este cuadro, y ese acontecimiento fue el descubrimiento del oro de California, y la gran emigración que hubo de norteamericanos del este, hacia el oeste, en voz del oro.

Y en aquel entonces resultaba más fácil viajar por barco hasta Nicaragua, atravesar Nicaragua por una compañía que se estableció al poco tiempo, llegar al Pacífico y del Pacífico tomar otro barco para San Francisco, California. Era mucho más seguro y más rápido hacer este recorrido, que atravesar en un vagón cubierto todos los estados Unidos, peleando con los indios, para llegar a California.

Los Estados Unidos ya en el siglo pasado empezaban a crecer como gran potencia, inmediatamente se interesaron en construir un canal también ahí en Nicaragua. La consecuencia fue con un enfrentamiento de dos poderes, de Gran Bretaña y de un poder nuevo, dos imperialismos, de Gran Bretaña y de Estados Unidos, y los Estados Unidos se empeñaron en que la Gran Bretaña desocupara las posesiones que tenían en Honduras, Nicaragua, y Costa Rica y también en Guatemala.

Para mala fortuna nuestra, lo único que quedó de aquella demanda de desahucio, fue el establecimiento de Belice. En cambio, las ocupaciones británicas terminaron, por gestiones del gobierno de Estados Unidos, en Nicaragua, en Honduras y en Costa Rica.

Pero aquel equilibrio de fuerzas y de intereses, quedó plasmado en un convenio firmado entre los gobiernos de la Gran Bretaña y de los Estados Unidos en 1850 llamado Tratado Clayton-Bulwer, mediante el cual, las dos potencias se comprometían a que: si una de ellas construye el canal interoceánico, le daría a la otra iguales posibilidades y a sus nacionales; pero se comprometía de más, a que no adquirirían ningún territorio en tierras de Centro América, ni los Estados Unidos, ni la Gran Bretaña.

No obstante, esta circunstancia, en algún momento el gobierno de Estados Unidos manifestó que el establecimiento de Belice contenía ocupaciones que llegaba hasta el Río Sarstún. Primera vez que se mencionara el Río Sarstún, y este fue en un convenio firmado ante el gobierno de los Estados Unidos y el de la Gran Bretaña, pero como aquello no tenía ninguna base jurídica, el senado de los Estados Unidos no ratificó aquel convenio, llamado Dallas-Claredon, que fue quienes lo escribieron, pero ya se mencionó por primera vez el Río Sarstún.

En 1859, la República de Guatemala firmó con la Gran Bretaña un convenio que _ a nuestros dolores de cabeza que se han perpetuado hasta el presente. La convención que se llamó de límites de 1859 fue impuesta por varias circunstancias de aquel momento.

La primera era que había necesidad de poner un alto a las penetraciones británicas que ya llegaban hacia los departamentos del sur y al interior de Petén, como se los había mencionado. Era preferible trazar límites e impedir que el avance continuara. Una operación casi quirúrgica, de cercenar un brazo para que el cáncer no se propagara por el resto del cuerpo.

Pero había otra circunstancia también, y es que Guatemala tenía las indagaciones filibusteras que habían sido provocadas en Centroamérica por algunos aventureros norteamericanos, particularmente el grupo encabezado por William Walker. Y Guatemala, en aquel momento, buscaba de cierta forma el apoyo de Gran Bretaña para enfrentarse al filibusterismo.

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Pero por si no fuera suficiente estos motivos que condujeron a la firma de _ de 1859, era una última que decidió al gobierno de Guatemala a suscribirla. Y este último elemento decisivo fue la necesidad de tener una vía de comunicación con el Atlántico. No teníamos vía de comunicación con el Atlántico. La única forma de comunicarse con el exterior era con el Océano Pacífico con muchas dificultades. Basta decir que las comunicaciones con Nueva York, por ejemplo, correo, con personas que viajaban, se tardaban dos meses de Nueva York a Guatemala. La vía al Atlántico era una comunicación vital en la economía de Guatemala. Y se le puso como condición al gobierno británico, que aceptara como compensación de todo lo que se le iba a ceder de territorio, a partir de las concesiones españolas para el sur hasta el Río Sarstún, que la Gran Bretaña construyera una carretera que fuera de la capital de Guatemala hasta el Atlántico.

Debo decir entre paréntesis que, los términos de la convención se redactaron en una forma ambigua, y por esta ambigüedad es que seguimos sufriendo esos dolores de cabeza, porque mientras nosotros mantenemos que la convención fue verdaderamente una sesión territorial a cambio de la construcción de una carretera, el gobierno británico sostiene que, tal como lo dice, (la _ convención _ literal), es que se trata una convención de límites, y que por otro lado, el compromiso de construir la carretera era un compromiso mutuo, o sea que los dos gobiernos adquirían el compromiso de poner sus esfuerzos para construir esa vía de comunicación.

Lo cierto es que, fundamos en esta ambigüedad de los términos en que está la convención del ’59, la Gran Bretaña se ha negado sistemáticamente a través de todos estos años, a darnos esa compensación que nosotros reclamamos consistente en la construcción de esa carretera.

Sería muy largo relatarles todas las gestiones que se hicieron durante el siglo pasado para que la Gran Bretaña cumpliera con las obligaciones de la convención de 1859, y fructuosamente, en algún momento se llegó a estimar la suma que significaría el aporte de la Gran Bretaña, y se edificó en la cantidad de cincuenta mil libras (£50,000.00), que podían ser pagadas por aduana. Pero pese a _ esa suma, por muchas que fueron las gestiones de Guatemala, jamás el gobierno de la Gran Bretaña cumplió con aportar la cantidad indicada.

Llegamos al _ actual, se hicieron varias propuestas en todos estos años para que se resolviera por arbitraje, incluso que se llevara al conocimiento de la Corte Internacional de Justicia, pero por uno u otro motivo, no fue posible obtener la presencia del Gobierno Británico.

Así las cosas, en el año 1945, el Congreso de la República emitió una declaración diciendo, que en vista de que el Gobierno Británico no había cumplido con los compromisos de la convención de 1859, la República de Guatemala se consideraba desligada de sus obligaciones, y que por consiguiente, era nulo el tratado de 1859 y las cosas deberían volver al estado que tenían antes; osea, a los anteriores límites, y además la constitución que se promulgó después de este decreto del congreso, contuvo un artículo donde se establece, porque hasta la fecha está vigente ese artículo, que el territorio de Belice forma parte integrante del territorio de Guatemala, y que el Gobierno de la República está en obligación de tomar todas las medidas conducentes a su recuperación.

Teníamos pues una disposición constitucional un decreto del congreso, y nuestra reclamación del más de un siglo fundada en títulos jurídicos. ¿Pero a donde nos conducían estos títulos jurídicos? A nada práctico porque a Gran Bretaña oponía sus argumentos, y en cambio, seguía ocupando el territorio de Belice.

Además, en el año 1945 ocurrió otro acontecimiento en la vida mundial, que debe tenerse muy en cuenta, porque influye también en este cuadro histórico que estamos presentando. Y ese acontecimiento fue la creación de las Naciones Unidas.

Nacieron las Naciones Unidas con 51 estados miembros de 1945, Guatemala entre ellos, y entre los propósitos y principios fundamentales de Naciones Unidas, se estableció el de la libre determinación de los pueblos.

Guatemala, desde el principio y a todo lo largo de toda la vida de las Naciones Unidas ha hecho la reserva, que también ha sido aceptada en algunos documentos importantes de la organización, que el principio de libre determinación no debe de aplicarse en aquellos casos de los cuales significa desmembración del territorio de un estado. En otras palabras, no es igual el caso de una isla en el Caribe, que el de una parte del territorio incrustado, como en el caso de Belice al territorio de Guatemala. Esta fue nuestra posición jurídica que seguimos manteniendo sin ningún resultado práctico.

En el año 1957, en vista de que se encontraba en una situación de callejón sin salida del problema, porque se había sumado un nuevo elemento, como era la Gran Bretaña que, impulsada como específico de Naciones Unidas, había empezado un proceso de descolonización, había empezado a desprenderse sus últimas colonias y territorios no autónomos, había empezado a conceder cierto grado de autonomía interno al Gobierno de Belice, autonomía que gradualmente fue creciendo.

Ya personas nacidas en Belice fueron siendo nombradas para puestos importantes, tanto en el ejecutivo, en el gabinete de gobierno como también en el parlamento, con una representación cada vez mayor, existieron partidos políticos, y no cabe duda de que Gran Bretaña había iniciado desde aquel entonces, un proceso de creciendo economía hacia Belice con el propósito sensible de llevarla eventualmente a su total independencia. Guatemala reiteradamente manifestó que no podía aceptar ese procedimiento, porque no era un territorio que fuera simplemente una colonia británica sino era considerado como un territorio ocupado, pero territorio que correspondía a la soberanía de Guatemala.

Pero en fin, en vista del impasse a que se había llegado en esta discusión jurídica, en 1957 el Ministerio de Relaciones Exteriores pensó en abordarlo como un criterio político, que no se fundaba simplemente en reclamar nuestros títulos, sino que tomara también en cuenta las realidades existentes, entre ellas, no solamente la posición británica, sino la existencia de una población que había crecido en Belice por varias generaciones del, la casi mística que existe en las Naciones Unidas, de que el principio de libre determinación es a grado, la cual es muy explicable, porque las Naciones Unidas, que comenzaron con 51 miembros, tienen en la actualidad cerca de 150. Y dos tercios de este número actual de miembros, nacieron a la vida independiente a través del principio de libre determinación. Para ellos, el principio de libre determinación está por encima de todo.

Guatemala ha reiterado su posición, de que el principio de libre determinación tiene límites, pero la situación real, como ya lo hemos experimentado en las naciones unidas, es que cuando se bota, la gran mayoría apoya una independencia que están profundando los beliceños, apoyada por todo este grupo de países nacidos de la libre determinación.

Pero en 1957 se dio un enfoque político para buscar una solución que en alguna forma conciliar todos esos intereses y derechos que se encuentran en juego, y fue así como se llegó a la idea de un estado asociado. Se planteó esa posibilidad, de que Belice se constituyera en un estado asociado a Guatemala con un nexo federativo, o sea, que Guatemala conservaría ciertas funciones de Gobierno fundamentales, y Belice tendría la mayor parte de las funciones administrativas dentro de un gobierno local actuando. Se consideró que era una propuesta razonable, inclusive el Sr. Price, que es ahora el primer ministro, desde entonces, lleva ya casi un cuarto de siglo de estar al poder. El Sr. Price había visto con simpatía esta idea de estado asociado, pero en aquel entonces fue rechazada por el gobierno británico.

Las negociaciones continuaron después a través de todas las administraciones que siguieron, es decir, se iniciaron desde el gobierno del coronel Castillo Armas, continuaron durante el gobierno transitorio del coronel Flores Avendaño, con el general Idígoras Fuentes, con el coronel Peralta Azurdia, el licenciado Méndez Montenegro, con el general Arana, y la actualidad. Es un proceso continuo, o sea que aquella idea, directriz de 1957 con enfoque político, ha continuado hasta la actualidad.

No hay tiempo, no puedo cansar la paciencia explicándoles todos los detalles de negociaciones en el curso de estos 20 años, pero sí que hubo un momento durante la administración del licenciado Méndez Montenegro en que se estuvo a punto de llegar a un entendido de tipo federativo, mediante el cual el gobierno de Guatemala tendría esas funciones que se señalaban, gran gerencia en las funciones de defensa, seguridad, relaciones exteriores y también intereses en la economía de Belice. Y en aquel entonces el ministro de relaciones exteriores, mi distinguido antecesor, Emilio Arenales, ponerse de acuerdo con el aquel entonces el ministro de relaciones exteriores de la Gran Bretaña, George Brown, y se llegó a un entendido bajo esos términos, y luego simultáneamente de Arenales-Brown, hubo también una mediación del gobierno de Estados Unidos, cuyos términos coincidieron casi totalmente con el convenio de Arenales-Brown. Pero unas semanas más tarde, el gobierno británico manifestó que aquella propuesta, ó aquel entendido de tales gobiernos, no había sido aceptada por el gobierno local de Belice.

En el año 1972 hubo un incidente por el envío de munidades navales, lo que se llama la política de las cañoneras, respaldadas por las posiciones políticas de las demostraciones de fuerza. Como consecuencia en ese año las negociaciones se suspendieron. Se mantuvieron en suspenso hasta el año 1974, en que el actual gobierno se encontró con la necesidad de tomar alguna decisión respecto al problema de Belice, y en la convicción de que una actitud inactiva era perjudicial, se inició nuevamente el proceso de negociones con el gobierno británico, y de entonces para acá, se han celebrado tres reuniones con representantes del gobierno de Guatemala y el gobierno de Gran Bretaña.

La primera en Nueva Orleans en 1975, la segunda en Panamá en 1976, y la tercera en Washington en Julio de este año. Desde la primera ronda de negociaciones durante la actual administración, se manifestó a representantes británicos que no se puede llegar a ningún convenio aquí en este litigio, si no es con bases razonables y honorables para ambas partes. Que eso significa que Guatemala reconoce que existen intereses que se han creado por parte de una población beliceña que existe a través de varias generaciones, pero que también hay derechos de Guatemala fundados en títulos de títulos, y que, si queremos alcanzar algún resultado práctico a través de las negociaciones, debemos llegar al concepto «espíritu de sacrificio recíproco», ya que una «negociación» significa «consideración de intereses«.

Si ambos mantenemos posiciones intransigentes inflexibles, no puede haber una solución negociada. «Negociación», hay que comprenderlo de una vez por todas, significa «transacción». Y se agregó también desde las primeras reuniones que «transacción» implicaba en todo caso, un arreglo territorial. Que no se podía conseguir ningún tipo de solución consilatoria si no era con un arreglo territorial.

Y se advirtió también que el gobierno y el pueblo de Guatemala no aceptaría, el tanto que no se llegara a un arreglo sobre esta secular controversia, que la Gran Bretaña, dentro de su proceso de la descolonización, unilateralmente procediera a otorgar la independencia a Belice. Esta posición se ha mantenido hasta el momento actual.

Dr. Adolfo Molina Orantes | Naciones Unidas
Dr. Adolfo Molina Orantes en las Naciones Unidas

El proceso de negociaciones continúa. Esperamos que en un futuro no muy lejano podamos llegar a encontrar alguna fórmula feliz que pueda conciliar todos esos intereses en los lados divergentes que se encuentran en juego. Fórmula que el gobierno traerá a la consulta de la nación guatemalteca, a través de sus representaciones máximas, y quizás a través de una consulta popular, porque ni el Ministerio de Relaciones Exteriores, ni el gobierno en el ejecutivo en general, pueden decidir sobre esta cuestión de tan profundo interés nacional.

Nuestra obligación radica en explorar fórmulas honorables y equitativas de arreglo que podamos traer como alternativas a la consideración de la opinión pública de Guatemala. Pero será ésta, la que en última instancia, diga la última palabra, de conformidad con sus intereses y sus conveniencias.

Debo agregar que en todo este proceso de negociaciones ha habido varios elementos perturbadores.

Uno de ellos ha sido la presión que han venido ejerciendo diplomática, tanto el gobierno de la Gran Bretaña como líderes del gobierno local de Belice. Presiones a través de grupos nacionales, como el Grupo de No Alineados, a través de la asociación de la Mancomunidad Británica de Naciones, a través de Naciones Unidas, que, por cierto, en su iteración actual está formada por mayorías automáticas, que desconociendo totalmente los derechos de Guatemala e indudablemente sin haberlos oído mencionar, simplemente votan porque han sido programados entre otras reuniones entre ellos los de No Alineados.

Pero es un hecho que nos encontramos en la realidad. Las Naciones Unidas es un foro adverso a Guatemala por la presencia de todos estos mini estados que están programados por razones políticas y que desoyen todas las consideraciones jurídicas.

Nunca Guatemala hubiera llevado el asunto de Belice a las Naciones Unidas porque repito, no es el foro adecuado. Fue llevado por grupos interesados por diferentes motivos. Pero son presiones internacionales que está explotando el Sr. Price, porque él sabe, y él no lo ha dicho, que hay que internacionalizar el problema para presionar de esta forma a Guatemala.

El resultado de estas presiones, lo vimos en el mes de Julio, cuando el pueblo guatemalteco y el ejército principalmente, que se sintió responsable por defender la soberanía y la integridad del territorio, se aprestó para una posible sorpresa de una independencia repentina que no hubiera aceptado jamás, y que incluso hubiera estado dispuesto de haber llegado al máximo sacrificio.

Afortunadamente, esa situación se superó. Hemos convenido en continuar con futuras conversaciones, conversaciones que se encuentran con una serie de obstáculos de carácter internacional, carácter nacional, local, pero que mantenemos la fe, en que, con buena voluntad de ambas partes, que con mutua comprensión podamos eventualmente alcanzar una solución pacífica que mantenga una paz estable en la región.

Nos preocupa no solamente el efecto inmediato que pudiera tener una confrontación, cuyas consecuencias serían impredecibles, sino también los efectos permanentes en nuestras relaciones en el área, porque indudablemente cualquier tipo de crisis no se quedaría reducido a Guatemala, sino que podía extenderse a otras áreas y hasta una posible anglonización de nuestras tierras.

Les agradezco mucha su atención, su paciencia en esta plática que traté de reducir al mínimo, y estoy a sus órdenes. ¿Preguntas?

[Aplausos]

– Conferencia respecto el Diferendo Territorial con Belice y su contexto histórico, dada por el Dr. Adolfo Molina Orantes en el Club Rotario en el año 1977.